Hay que ver como este flacucho se arroja a cazar la gran ballena negra, con la boca bien abierta se lanza a cazar al animal hasta contenerlo en el esofago. Una y otra vez devora con pasion ese mastodonte de carne que le llega casi al torso. Cuando el dueño de semejante polla se cansa de jugar, se dedica a follar con toda su potencia ese delicado cuerpo que este rendido al Dios Polla.