Dar placer oral a una mujer es fantástico. Escuchar sus gemidos mientras nosotros pasamos la lengua por el contorno de su vagina, sintiendo ese olor característico a sexo y deseo, o sentir el cambio de respiración y un breve espasmo cuando metemos la lengua en el agujero del coño encharcado de jugos, o sentirla temblar cuando alcanza el orgasmo cuando nosotros le estimulamos el clítoris con la boca... Creo que es la suma de todo eso lo que lo hace tan genial