Ella quiere llamar la atención de su marido pero el está demasiado ocupado. Tocan el timbre y ella le abre la puerta a los plomeros, que tienen que hacer un arreglo. Ella los seduce y los hombres no pueden quitar los ojos de encima de ella hasta que uno de los hombres se atreve y le lame el culo y el coño, para luego follarla sin que se entere el marido. Con sigilo ella los lleva a la habitación donde puede disfrutar de los dos cachondos hombres