Cuando uno va a la tienda de empeños uno ya sabe que sale perdiendo, porque el que va a una tienda de empeños es por necesidad. Es lo que le paso a esta chica, llevo un arma para empeñar pero no le quisieron dar dinero por el arma. Como esta chica no es una gran negociadora, termino con una pola en el boca y en el coño por unos cuantos dolares. Situaciones desesperantes necesitan acciones desesperadas