Cuando esta chica hace una mamada, en su cabeza desaparece el mundo, solo existe su boca, la polla y el coño que se le moja y le late de deseo. Ella chupa la polla con mucho esmero y dedicación, sintiendo las venas de la polla en su lengua, chupando la punta y masturbando la polla con la mano, hasta conseguir que el chico eyacule. Recién en ese momento ella levanta la vista y sonríe, complacida